Entendiendo la hiperactividad en niños pequeños: Causas, síntomas y estrategias de manejo
1. Entorno familiar:
El entorno familiar desempeña un papel fundamental en el desarrollo y comportamiento de los niños. Factores como la dinámica familiar, el estilo de crianza, la calidad de las interacciones parentales y la presencia de estrés pueden influir en la manifestación de la hiperactividad.
Los estudios sugieren que los niños expuestos a ambientes caóticos o con altos niveles de conflicto pueden ser más propensos a desarrollar comportamientos hiperactivos.
2. Influencias genéticas y hereditarias:
Existe evidencia significativa que respalda la influencia de factores genéticos en la hiperactividad. Los niños con antecedentes familiares de trastornos relacionados, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), tienen un mayor riesgo de presentar síntomas similares.
La predisposición genética puede interactuar con el entorno para influir en la expresión de la hiperactividad en niños pequeños.
3. Desarrollo neurológico y funcionamiento cerebral:
Los estudios neurocientíficos han identificado diferencias en la estructura y función cerebral de los niños con hiperactividad en comparación con sus pares. Alteraciones en áreas clave del cerebro asociadas con la atención, el control de los impulsos y la regulación emocional pueden contribuir a los síntomas observados.
Los desequilibrios en neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina también se han implicado en la fisiopatología de la hiperactividad.
4. Exposición a estímulos ambientales:
El entorno en el que crecen los niños, incluido el hogar, la escuela y la comunidad, puede influir en su comportamiento. La exposición a estímulos ambientales, como la tecnología, los alimentos procesados, el ruido y la falta de actividad física, puede afectar la hiperactividad.
Algunos niños pueden ser más sensibles a ciertos estímulos y responder con comportamientos hiperactivos como resultado.
5. Cambios en las prácticas de crianza y estilos de vida:
Los cambios en las prácticas de crianza y los estilos de vida modernos pueden tener un impacto en la prevalencia y manifestación de la hiperactividad en niños pequeños. La sobrecarga de actividades, la exposición excesiva a pantallas, la falta de tiempo al aire libre y la dieta poco saludable son solo algunos ejemplos de factores contemporáneos que pueden contribuir al desarrollo de comportamientos hiperactivos.
La conciencia sobre estos factores y la adopción de prácticas de crianza saludables pueden jugar un papel crucial en la prevención y manejo de la hiperactividad en la infancia.
Conclusión:
Comprender el contexto multidimensional que rodea la hiperactividad en niños pequeños es fundamental para abordar este fenómeno de manera efectiva. Desde el entorno familiar y las influencias genéticas hasta los cambios en las prácticas de crianza y estilos de vida, múltiples factores pueden interactuar para dar forma al comportamiento de un niño. Al reconocer y abordar estos factores, podemos trabajar hacia un enfoque integral y compasivo para apoyar a los niños con hiperactividad y sus familias.
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